Una mañana de invierno,
mis sentimientos eché a volar,
y pese a saber del yerro,
no me pude controlar…
Esa mañana inolvidable,
un poema te escribí,
mujer casada y adorable,
y aun así me atreví…
Eres bella, muy hermosa,
por eso me inspiré,
y tus labios color de rosa,
sin besarlos saboreé…
He errado, no lo niego,
y me siento un infeliz,
al vaciar mi sentimiento ciego
consciente que era un desliz…
No te pido un perdón,
tampoco que entiendas motivos,
solo fuiste la canción,
que alteró mis sentidos