Y todo emerge en esta pausa paralela a nuestro fin.
Me alegra tenerte y no tenerte aquí, jugando a silencios y construyendo
esperanzas en este rincón vacío. Y miro hacia el cielo y veo ese azul impregnado
en dudas y paz, mientras siento cómo pasas tus manos sobre mi cuerpo
con tus palabras de poeta, cada vez más cortas que dejan con
ganas de más y más, en este caminar de nuestras frases sin hogar.
Me dejas callando los secretos y hablando de silencios, de
entrelazar corazones y parar el tiempo; cosas de
niños, cosas de viejos.
E.