Justo cuando estaba dispuesta a arrancarte de mí ser y olvidarte para al fin dejarte ir.
Cuando realmente quise hacer creer al mundo y a mí misma que mi corazón estaba blindado contra esas balas mortales de aquello a los que llaman amor.
Me puse mi armadura, salí a la calle armada de valor
libre de toda atadura, libre de ti y tu recuerdo.
Reapareces en mi vida, abriendo de nuevo todas las heridas del pasado.
no sé si la culpa fue mía, por no ver que tú eras el único que podía irrumpir en mi alma, sin sospecharlo te permití profanar mi tranquilidad.
Volverte a ver fue como un destello de luz que iluminó mi corazón, no sé qué me hiciste pero así sutil y delicadamente al acariciar mi piel. me erizaste las entrañas y sin más me dejé llevar.
A vuelto la incertidumbre, aquella incertidumbre de un futuro incierto, entonces me hieres, son tus palabras que como puñales atraviesan mi ser.
Entonces se abren las llagas del pasado que aún arden con tan solo tocarlas.
Ahora solo me queda olvida y aprender a sobrevivir sin ti, sin aquella silueta que me transportaba hacia un mundo mágico en el que podía dejar fluir mis más profundos deseos