Qué fácil se ve ser un niño
Difícil se ve ser adulto.
Parece olvidado el cariño,
y más encarnado el insulto,
hacia la vida,
y hacia el presente,
volviéndose la herida,
de la inestable mente.
Dejó de ser todo perfecto,
a través de un pensamiento,
todo se volvió un dialecto,
Efímero conocimiento.
Porque se cambió el ser,
por el sudor de la frente,
y se endiosó el hacer,
fruto de nuestro vientre.
Y como el hijo pródigo,
vino el sufrimiento,
olvidándose el código,
de vivir, el momento.
En la carencia y el sufrimiento,
se encuentra lo que no descansa,
el anhelo que es el aliento,
¡El anhelo de volver a casa!