¡Oh bella tierra de nadie!,
Florece en la adversidad
Ante la tempestad,
¡Oh grata divinidad!
¡Diosa!, llora por la vida
Y celebra con fervor la muerte
Pues que alegría vive
Quien dolor ya no siente.
Y ante la crueldad misma
Me regocijo al servirte,
Pues prefiero vivir la agonía
A rendirme sin pelearte.
¡Y que el cielo exclame con truenos!
¡Y que vuelvan a la vida los muertos!
Que las flores con prisa perezcan
Y el mar con calma vaya a un río a morir…
Que renazca que combatiré al gran tirano
Únicamente por ti, y al fin de la “vie”
Mademosielle, apellez-moi cyrano.