No pertenezco
a ese sitio que el destino me ubicó,
ni a lugares que el hombre edificó,
si de raíces afirmadas yo carezco.
No pertenezco
al mañana, ni al ayer, tampoco al hoy,
ni siquiera al instante donde estoy,
por atraparlo, día a día desfallezco.
No pertenezco
a la raza que la herencia me legó,
ni al cuerpo que la vida me entregó,
si ni siquiera soy lo que parezco.
No pertenezco
a una casta en donde puedan colocarme,
ni a estratos donde quieran avaluarme,
como todos, soy lo que merezco.
No pertenezco
a la vida, la muerte o la esperanza,
ni al éxito, el fracaso o la confianza,
aunque a veces, ante ellos, me estremezco.
No pertenezco,
porque mi afán es volar sin ataduras,
buscando un lugar en las alturas,
tan sólo por eso, yo no pertenezco.
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(Copyright, Noviembre 2019)