viendo el sol caer entre los montes,
nacer entre los dioses,
el paseo aromarse de flores,
las noches preñadas de estrellas fugaces,
volar de raudos vencejos,
zigzaguear de murciélagos, al atardecer,
novios que se besan los labios,
y la acacia un cántico invisible
y el río desatando aguas,
sentir el sofocante calor de los días cansinos,
la monotonía del tiempo atado,
sentados en el banco de piedra,
recordando el ayer -melancolía derretida-,
viendo la luna copular con los tejados,
amar todavia
en el tálamo de las rosas
-alcoba que estrenó el Amor Primero:
blanco, puro,virgen, en castidad,
en placer derretido-,
escuchar de las ranas el croar,
ver el lucero gatear por el Serrallo.
(Salvador)