Dónde dejaste tu sentido común?
Le diste un golpe con tus palabras a las intenciones que traía entre mis manos, ensuciaste mis recuerdos con tus alegatos y demostraste lo cobarde que eres.
En el piso yacen muertos los momentos que te di y te juro por mis huesos que ya no me importa.
Te descubrí y fue tan doloroso, que desde entonces me da miedo hasta escuchar tu voz y mis entrañas se estremecen al saber que un dia fuiste parte de mi vida.
Te has creído mucho y no eres nada.
Me fui y me volvería a ir mil veces, lejos de tu macabra arrogancia.