andrea barbaranelli

Furtivamente suben alturas

No llegamos al fondo del pozo

por su polea cavilosa, de peldaño en peldaño,

sino para amanecer en tu gruta todavía cerrada.

 

No descendimos sino para el ascenso rectilíneo

hacia el yo amanezco tú amaneces

en la otra cara del mundo que no amanece.

 

Furtivamente suben alturas

hasta la resquemazón de los tobillos.

Las manos gimen por el dolor de las piedras.

 

Y de golpe se abre, soturno,

tu sexo.

Bajo hacia tu centro, escalonándome.