En esta fría ciudad
donde la niebla es eterna
el cuerpo se me estremece
como sombra en la caverna.
Solo se divisan sombras
como espectros dibujados
por esas gotas de lluvia
que nos van dejando helados.
Sobre las gélidas aguas
del canal ya congelado
al pasar por ese puente
no siento mover mis manos.
Días y días pegados
a la manta y los abrigos
se me entristece la vida
queriendo dejar el frío.
No volveré a aquel lugar
donde el sol era divino
un astro que daba vida
y te alumbraba el camino.
Classman