Un día quedarás dormido,
con todas tus angustias y de manera perversa
no lo dejarás salir;
Ese día los recuerdos pesarán tanto
que harán un hoyo en su memoria y caerán todos
al fondo del olvido.
Un día de tanto mirarlo, abrazarás a tu horizonte
una mañana cualquiera;
En una hora cualquiera la aurora desnuda
será única,
y bajará a tus ojos
con su sed de siempre.
Un día estarás dormido
y el café regresará por su luto, por su amargura
triste, amordazado;
Ese día las sombras habrán perdido su rostro
y el odio se quedara sin aire
sin el color de la sangre.
Y entonces, me pregunto:
¿Qué hará el dolor con su dolor?
¿Que hará el miedo con su miedo?
¿Qué hará la soledad con su silencio?
De que servirán las rosas y las lilas con su aroma,
el aire con su viento
y su erección de palo,
de que servirán los rostros
alrededor,
si ya no pueden verte sonriendo.