Daniel Memmo

Una madrugada volveras..

Una madrugada volverás..,

con la piel dibujada..,

indicando el paisaje,

mostrando el tesoro como consuelo para los que esperan,

arropada de plumas y tierra,

mezclándote cuando el gorrión realiza su ritual,

una madrugada volverás..,

tapándote un ojo..,

aferrándote de mi cintura  para que mi vomito no manche mis zapatos,

levantando tu dedo en señal de saludo,

como augurio de que se aproxima una tormenta,

para dejar una flor en mi placer,

disfrazada de leyenda,

en el desvelo mi ansiedad,

una noche volverás..,

con otros labios y el mismo beso,

dos segundos antes de que se escape la lágrima,

cuando suenen las sirenas,

para susurrarme al oído el cuento que llama al sueño,

sentada en la esquina donde no dobla el viento,

desesperada e inmóvil,

una madrugada volverás..,

como excusa para poner el plato en tu lugar,

para abrazarme en la montaña rusa que no tiene cinturón,

en el ocaso de las noches eternas,

dejando una vela en mi vigilia,

vestida de utopía,

salpicando  con barro las vidrieras de las ofertas,

una madrugada volverás..,

para desafinar a dúo la canción que agitaba la chispa,

con el disfraz queda el efecto de las pastillas recetadas,

en el orgullo del roble que desnudo insulta al invierno,

con tus labios cosidos y tu mirada delatora,

en el fondo de la casa que fuimos inocentes,

en el titubeo de los héroes,

en el dolor de muelas de un niño mal criado,

una madrugada volverás,

en una toma de rehenes apoyándole un pistolón a la cien del sol,

exigiendo que nos regale una noche más,

cubierta de espinas y con el más dulce néctar,

una madrugada..,

otro sol..,

otro simulacro de milagro,

una madrugada volverás..,

para taparme los ojos cuando en el paredón los fusiles me apunten,

en la marcha lenta del cortejo hacia la tierra,

en el minuto eterno que los amantes se prometen cielos,

en el diezmo de un ciego cuando el tuerto endereza su ojo,

en la sopa de los jornaleros,

en mis pobres renglones que pretenden brillar,

una madrugada volverás..,

en mi salto al vacío con un paraguas,

cuando los peces utilicen el anzuelo como navaja,

en el delirio que produce la televisión,

en la caridad de los ricos,

escupiendo las ofrenda de los hipócritas,

esquivando la popularidad,

mostrándome tu cicatriz y tu sonrisa,

una madrugada..

volverás?

 

     Daniel Memmo