Por la contradicción que me corre por las venas
Debo decir, que algo inesperadamente contradictorio ocurrió,
O mejor dicho -como es usual- algo inesperadamente contradictorio, ocurrió,
Fíjese usted, es que desde hace algún tiempo, he estado buscando diferentes formas de sobrevivir al caos que se genera cuando uno piensa (contradicciones) porque algunas personas piensan y generan soluciones, otras pensamos y creamos agujeros negros, pero algunas veces, después de levantarse del lodo y limpiar un poco el cuerpo, surgen, hechos que sacuden, remueven, desencadenan y promueven el movimiento en el sentido correcto.
Algunos sonidos me han hablado, para decirme que ha llegado el momento, ese momento, del viento.
¿Viento? Pensando en el viento, que a veces pasa desapercibido, he imaginado cómo podría ser, eso de convertirse en viento, sabe, sería como volar, pero en una forma más sutil, como desaparecer, pero en una forma más real. O tal vez, como desvanescerse, para volverse a crear. El viento, una ráfaga o un pequeño aire que casi se compara a un susurro. El viento, que se mueve de un lado para el otro, un efecto del sueño que te acaricia o te eleva, te mueve, te lleva.
¿ Y el evento contradictorio? Verá, de un instante a otro, comencé a sentir el viento, creo que he mutado, y se siente tan bien, oh por Dios, se siente ridículamente bien. Me muerdo los labios y siento, me siento viva.
¿ Por qué será? ¿Será que después de reclamarle al Dios correcto al fin se ha cansado de mí y me ha complacido para que me calle? Puede ser.
Es tan loco el tiempo, una hora es un siglo y un siglo se acaba sin que te des cuenta, ya pasó, se acabó, soy otra persona. Mierda, se acabó, qué loco.
Amigos, esto seguirá, luego vuelvo.