Nos agarro la oscuridad por sorpresa y
en la penumbra de la noche nuestros cuerpos se encontraron,
solo un rayo de luna deja ver parte de nuestros rostros.
Los brazos se enredaban como las ramas de los árboles.
Ya no eramos mas dos personas racionale, las bestias de la noche
se habian adueñado de nosotros, el frio era intenso pero no dejabamos de sudar
ese aroma a sexo.
Fue fugaz porque los sentidos no podian esperar mas,
todavia dentro mio dijiste te amo.
Despues de eso ya mi mente no recuerda nada.
Despertamos tendidos sobre las hierbas.
El sol unico testigo de nuestro agotamiento.
Ahora, volver a la realida, de marchar cada uno a su hogar,
manteniendo el fuego encendido en los sueños,
hasta el proximo encuentro furtivo.