El Caminante
Viaje sin cogitar,
es un ademán frío,
como el rencor en brío,
cuando arde el delirio,
en demostrar y acechar,
lo que en vil se siente,
cuando presiente,
lo que es un caminante,
sin ostracismos de desventura,
como la inmensa tortura,
en discernir lo que es locura,
una locura en llegar,
y saber de tus besos,
esos que en silencios,
das a mi boca,
palpitando con el latido del corazón,
sin perecer en el acto,
porque es un amor de impacto…