Y de repente me ví;
como un ruido en medio de la noche
como un sueño dentro de otro sueño
como un susurro en plena madrugada.
Y luego me volvī a ver;
como una vela con todo el fuego del universo
como un ojo dentro de otro ojo
como un corte hecho sobre agua.
Me ví y los ví;
sin enroques
sin jaques
más allá de un tablero
desde lo más recóndito
entre huestes de presentimientos
desfilando por las serranías de la verdad
negando valles de lágrimas
y paraísos.
Me vi y los ví como una moneda estancada en el aire
con giro infinito
con todos los rostros posibles
y a la vez ninguno.