Has hollado mi tierra
has vertido mi sangre
derramando veneno
en mis surcos feraces.
Has segado mi trigo,
has violado mi cáliz,
desgranado mi espiga
y quebrado mi talle.
Has pisado mis flores,
has robado mis frutos,
abrasando mis ramas
con tus sucios efluvios…
Toda yo te maldigo,
toda yo te deseo
que te pudras hirviendo
en tu propio veneno
que tu tronco se quiebre,
que tus ramas se arrastren,
que tu alma se funda
en la hiel del averno.
(Shemirramis)