Te traigo a mí con el pensamiento,
Luego, la tinta indiscreta se precipita
En letras sobre el blanco y ajado papel
Que me permite jugar a ser ese poeta,
Será inútil todo intento por detenerme
No hubo, ni habrá modo posible.
Tu pelo se divierte con la brisa
Me sonríes, y ya todo es posible,
Me estorban las palabras
Y es ahí, justo en ese momento,
Cuanto te siento feliz
Y a mí se me antoja serlo también.