No podía dejar ir el día de hoy,
Dejando escapar la oportunidad de verte,
De ver ese ser de carne y hueso, que amo
Pero que se desliza como una sombra y desaparece
Ha corrido agua debajo del puente,
Pero toda esa agua, siempre refleja
El sol naciente de sus ojos hermosos
Ventana colmada de infinito
Y pensar que pudiera no volver a tocar
Sus labios,
Y galopando huir mis caricias de sus pasos
Cruzar algún cercano día, las fronteras del no volver
Y podré irme, anhelando el desnudo de sus ojos,
la caricia de sus manos,
la geografía de su piel virgen,
me iré sin creer, que su boca es un durazno
que su cuerpo es de hiel.
Mi voz se aleja suspendida en mariposas,
Deseando sus pechos aperlados,
sus labios de carmín, sus brazos extasiados
su mirada enamorada
Jordi