Cuando llegue la muerte
tan silente y serena,
a cumplir su faena,
y ya nunca despierte.
Cuando mires que vierte
mi silueta morena,
palidez que te apena
por mi faz tan inerte.
¡Yo tendré la dulzura
de tu boca en la mía,
ofreciendo tu aliento
con intensa ternura;
que será sinfonía
en mi viaje tan cruento!
Autor: Aníbal Rodriguez.