andrea barbaranelli

Ulises

 

                           Per seguire virtude e conoscenza

                                                                     Dante

 

 

He llegado muy lejos

en mis viajes y andanzas

durante tanto tiempo

siempre con la intención

de repatriar un día.

No me aborrezcáis,

no fue por esnobismo:

solo quería explorar

el mundo conocido

y el mundo que ignorábamos,

y regresar cargado

de experiencia y saber.

Pero el tiempo ha pasado,

se demoró mi viaje

por el inmenso mundo,

muchísimo más grande

de lo que imaginaba,

se demoró muy mucho,

mucho más de lo que

parecía razonable,

y cuando en fin he vuelto,

todo lo que he aprendido

ya no puede servir,

no sirve para nada.

A la vuelta he encontrado

en mi tierra, en mi casa,

otros hombres, distintos

a los que había dejado.

Después de tanto años,

casi no los entiendo

y casi no me entienden

como si de hecho habláramos

dos lenguas diferentes.

Lo que he descubierto,

y lo que he aprendido

en mis viajes, lo he

descubierto y aprendido

con los ojos y oídos

que tenía en ese entonces

y es inútil y viejo

para los hombres de hoy:

no quieren ni enterarse

ni percatarse de ello.

Fue solo una ilusión

mi loco vuelo en pos

de virtud y conocimiento.

Virtud y conocimiento

ya no son los de cuando

me fui de mi casa

en busca de aventuras.

Viejo y cansado, vuelvo

e incapaz de decir

una sola palabra

ni siquiera a mis viejos

amigos, a los pocos

que han quedado y que ya

me miran como a un loco

que se sigue vistiendo

con la ropa que usaban

nuestros viejos abuelos

y habla como ellos

recordando las guerras

y las viejas empresas

de los héroes de los mitos

que los poetas cantan

para pasar el rato

después de cena, cuando

afuera el viento sopla

sobre el mar embravecido

de los largos inviernos.