Un parpadeo se necesitó para borrar aquel
recuerdo de un beso dado.
Aquella luna que organizaba las olas y traía luz
en la oscuridad.
Oscuridad que busqué, oscuridad en la que
permanecí.
Aquella luna que siempre estaba aunque no la
veía y que me esperaba en horas tenebrosas.
Yo, un pecador, te escribo para poder recordar
aquel parpadeo que ya pasó.
Te extraño luna...
¿y si te dijera al oido todo lo oscuro de mi
corazón aún te quedarías?
En la noche más oscura veo como mi
pensamiento se pierde entre ventanas
Recordando como fui y pensando lo que no
seré.
No te prometo que volveré pues ya mas daño
no te haré.
Pero puedo prometer que a tu lado yo pasé el
amor mas infinito que pude ver.
¿ver?
Ése fue el problema y ahora un idiota
escribe otro poema, pensando en esta maldita
pena de no volver a ver a su luna por un
parpadeo fugaz que se llevó el altamar, por
buscar más luz cuando ya había.
Tú, mi luna, si algún día lees esto espero que tu
luz vuelva a tocar a mi ventana para poder
calmar esta pena infinita.
Pero tú, mi luna, si algún día lees esto espero
que también alumbres otros ojos perplejos,
pues sé de otros que también te buscan y necesitan de tu luz para ver sin miedo aquélla oscuridad que se asoma en todo espejo.
Y así vuelvo a parpadear, intentaré dormir con
tu recuerdo en mi ventana...