Eric Ruiz Alvarado

Y NO ME ATREVO

 

La voz nostálgica del poeta

enarbolo mi sueño y quedé dormido,

el rumor de la noche entrelazó los versos

y los esculpió en mi almohada.

 

Plácido en el sueño descubrí

que yo también puedo escribir versos de amor,

apareciste y entonces me di cuenta

que hay en mí la más florida sustracción

del lenguaje del amor y sus encantos,

naturaleza incomprensible que me ha privado

de la palabra oportuna.

 

Sé que te estoy perdiendo,

pero no me atrevo a pedirte que te quedes,

y sé que al buscarte por la noche,

encontraré tu ausencia.

 

Me sumergiré en las cobijas,

porque me faltarán tus brazos

que ya no responden

cuando quiero que me arropes.

 

Ya ni el calor de tu aliento,

- marca indeleble que por tantos años

  imprimiste apasionadamente -

entibiará mi espalda.

 

El silencio ha tejido su maraña de apariencias

para esconder la verdad de mis temores,

no quiero que te marches, pero sigo callado.

 

¿Timidez o inexistencia?

No lo sé, no lo entiendo.

 

Acá donde nacen las palabras

se alborota el pensamiento,

pero se niegan los labios y no me atrevo.