Recuerdo cada hora ese anhelo
como mi alma quería ese amor
y deseaba librarse de todo dolor
y abrazar ese cuerpo de mujer modelo.
Pero la Destrucción no durmió lentamente,
se quedó conmigo con su fama que no engaña.
Es preciso matarlo,pero quédose extraña
la Destrucción;oye la mía intencionadamente.
No la maté.Mi sueño desnudo esclavo
enmudeció hasta los astros del Fin,
y en su cárcel quedé sin un centavo.
Aquí y con su canto,con el trampolín
del cual jamás salté,quédose sólo Sufrimiento
a mi vera.El hechizo se hizo sediento.