Rous B

Lo inimaginable...

Esa noche era hermosa... los astros  desfilaban majestuosidad, las estrellas se acentuaban con determinación y La luz de la luna alumbraba toda la tierra.

Y... ante tanta grandeza, ahí estaba ella, sintiéndose tan pequeña. 

Admirada por el espectáculo, se mantenía absorta y no se percataba que unos ojos marrones la miraban con mucha atención, desglosando su presencia a tal precisión que ya adivinaba cuando iba a sonreír de nuevo.

Ella deseaba que alguien la mirara como ahora miraba ella las estrellas, que alguien se sintiera tan admirado que no tuviera voluntad de dejarla.

Sentía tanta nostalgia esa noche... Y sintiendo frío se abrazó así misma.

 

Un movimiento involuntario lo llevo hasta donde ella estaba y sus brazos le ofrecieron abrigo. 

La energía que traspasó su sentidos fue tan poderosa que su piel se había erizado y no fue por la briza nocturna,  pero no fue hasta que sus ojos tristes se encontrarón con aquellos ojos marrones que entendió que sus peticiones ya habian sido escuchadas.