Resplandecen sus ojos con fulgores
de la bóveda azul, tan infinita;
y su rostro perfecto, lleva escrita
la palabra pasión, en mil colores.
En sus labios navegan los ardores,
que me brindan de amor, su luz bendita;
y su boca de miel, ¡tan exquisita!,
a mi vida la llena de dulzores.
Ella tiene su piel de porcelana
y seduce con gesto irreverente,
con su voz tan sensual, deseo emana,
despertando mi fauno incontinente;
¡y prendida a sus gracias de gitana
tiembla el alma de forma efervescente!
Autor: Aníbal Rodríguez.