(Naufragio...)
Es una historia de películas, pero es verdadera.
Diríase que casi la muerte nos unió
aunque la vida no nos hizo el uno para el otro
porque nos separan todas las diferencias:
Tú vienes del mundo de la suerte
y yo del mundo del lodo.
Simplemente nos separa todo.
A ti te trajo la cigüeña,
vestida de rosado
envuelta en celofán
en una caja de oro.
Tuviste, como tantos, una familia.
Tuviste, como tantos, el amor de todos;
y como todos tuviste una infancia lúdica,
donde los juguetes se mueven solos.
Después, con el paso del tiempo, llegó la vida,
que no siempre separa el oro del lodo,
porque para el amor no existen esas diferencias,
cuando la unión de las diferencias
da la unidad perfecta,
da la unidad de todos.
Sí, tú vienes del mundo de la suerte
y la suerte te salvo en la tragedia del Titanic,
porque por esas casualidades de la vida
yo estaba a tu lado.
Sí, tú tienes toda la suerte del mundo,
y mi suerte es tenerte toda, sin horario...
(Poema anónimo encontrado en una biblioteca privada…)
Frank Calle (16/ene/2020)