Soñando con tu amor, en tierno anhelo,
miro el cielo;
observo blanca luna rutilante,
tan brillante;
semeja con sus auras intranquilas,
tus pupilas;
que irradian esplendor que tu destilas
con ese parpadeo que fulgura,
y lleno de emoción y de locura:
¡Miro el cielo brillante en tus pupilas!
Autor: Aníbal Rodríguez.