Con rabia, con decepción,
a veces quisiera matarlos a todos sin ninguna razón.
Debo pedir perdón a Dios.
En mi mente divagando el por qué a mí me tocó.
Vivir con gente estúpida a mí alrededor.
Que no entienden nada y encima me llaman traidor.
Para mi propia familia el malo siempre yo soy.
Y para colmo, en mi tampoco confió.
Todavía intento encontrar el perdón.
Es mucho el daño y aún siento el dolor.
No puedo vivir así, casi apenas puedo dormir.
Entre las penas de amor, escojo siempre el gris.
Vagando solo con un corazón que quiere vivir.
Triste a veces me siento a morir.
La solución en mis manos, la bote por pedazos.
Me equivoque sin reparo, el daño ya está causado.
Otra vez vuelvo a donde estaba estancado.
Dando pasos de costado, siento que no avanzo al camino indicado.
Siguen en mí los malos hábitos.
Que me quieren ver enterrado, ahorcado,
fusilado, sin nada más que mi rendición en la mano.
Quieren que llegue al borde del abismo donde me tienen amarrado.
Verme frustrado, suplicando arrodillado, sin amor, solo y desolado.
Oscuro del olvido, donde no pueda sentir el pecado.
Quemado vivo, por siempre calcinado.
Por LCRNC