¡Una locura es lo que quieres! –.
Me decía mi conciencia, para convencer a mis anhelos de que jamás
lograría este propósito marcado en la desesperación de convertirte en mi destino,
de que jamás podría concentrarme y priorizar deseos ante una realidad
que se muestra tácita en tus negativas.
Una locura es y no lo niego pero…
¿Qué mejor sabor que una locura que nace de un deseo inmenso?
Quizá solo sea en sueños, pero tus labios fueron mío y poco faltó para ser dueño de tu cuerpo.
Locura sí, pero no tan descabellada.
Si pudiera en el silencio de un encuentro sin testigos,
dibujar de realidad lo que en sueños he vivido…
de seguro fueran varios los momentos posteriores,
de seguro fueran varios los abrazos y los besos sin límites ni dudas, sin conceptos ni traidores.
Quizá pido demasiado, quizá sueño demasiado pero así de grande será el golpe que vivamos
si te atreves, si me dejas, si podemos, si así fuera.
Una locura es y será, sí,
pero te prometo que será una locura sin precedente.