Mi cielo,
no hay día que no extrañe tus labios
esos labios que alguna vez me bendijeron con sus besos,
Besos que de la cintura para arriba me llevaban al cielo
y la cintura hacia abajo eran ardientes como el infierno.
he dejado de ser consagrado por tus labios,
para ser un exiliado de tu mirada,
confinado a extrañar tu sonrisa,
aislado de recorrer tu piel como lo hace la brisa,
No hay día que no extrañe tu sonrisa,
cada te quiero ahogado a la distancia me atormenta
tu mirada perdida en mi recuerdo me alienta
pero no sentir tus manos una vez mas
es igual a estar desahuciado de la felicidad.