Me utilizaron como mujer, me engañaron, me cambiaron, me vieron la cara, perdoné cosas imperdonables y lloré hasta el último día.
Y acá estoy, con mil inseguridades encima, ataques de ansiedad, y más, pero al pie del cañon, levantándome todos los días con una mochila en la espalda que me pesa y me tira cada tanto pero en todas me levantó y me digo a mi misma PUEDO con esto y con todo lo que venga, porque me rompieron en mil pedazos pero de a poco me voy reconstruyendo.
Respeto con las mujeres, ellas se ven débiles pero no lo son tienen una voluntad de hierro que vale la pena conocer las, que vale la pena cada día saber como están, como se sienten, preguntar le que tienen como fue su día hacer las sentir a cada una de ellas que en realidad son especiales y es que la verdad lo SON..!
Autor: Gómez Yair