En la vida no estamos entre rosas,
Vivimos entre flujos de dolor,
Se guardan muchas cuitas de pasión
Que dañan como espadas opresoras;
Abundan experiencias que destrozan
Y pintan nuestro ocaso de arrebol;
Más aquella esperanza que quedó
Nos brinda solución libertadora;
La puerta que nos salva del espino
Es hallar el concepto de ese bien
Que muestra de la vida, otro estilo,
Buscar en lo fraterno el gran placer.
Contar con el apoyo de un amigo
Y por ningún motivo, perder fe…