No tardes... te dije un día
lo mencioné al despedirme
más tu gesto fue de recelo
y con incertidumbre dormiste.
Recuerdo esa noche dorada,
la luna llena fue mi confidente,
vestida de naranja y perla estaba
y la noche la enmarcaba de forma silente.
Era verano u otoño, no logro recordar
más... si de suma importancia fuera
tu mirada sería el suceso a rememorar
y acostado a tu vera desearía estar.
Noche alegórica la de aquel día
yo soñándote y amándote desearía,
más nunca estar junto a ti podría,
ya que eres flor que junto a mi no crecería.
Por eso me engullo mis palabras de amor
para no decirtelas y no ofenderte,
se que las quimeras me seguirán
y no podré escapar del sueño de tenerte.
Por eso oculte mis deseos en esa frase
tan sencilla e incongruente para tu saber,
no tardes te decía, y agregaba para mis adentros
no tardes vida mía, que en mis sueños te veré.