Nadie podía predecir una lluvia
en medio de tanta primavera.
El té está listo.
El tiempo concurre. No lo ausculto.
Inicuo, nunca se detiene ni dice:
alerta, voy con urgencia.
En el jardín tras mi ventana
la lluvia transgrede los árboles
sin pensar que, antes de desintegrarse,
cada hoja tenía un sueño.
El té se enfría.
Frente a mi mirada impotente
pasan tantas incongruencias
llevándose, quizás dónde,
emociones, pasiones, amores.
En la necesidad de un consuelo
fiel, me abrazo a tu ausencia.
Se estremecen las sombras
de todas las siluetas inertes.
Mi piel, que te hurga en la nada,
sigue entumida como la inocente agua:
sangre de una lluvia mala.
Mi cuerpo íntegro tiembla
como las hojas que van en picada
llorando… hacia un injusto fin
deprimidas por el olvido
no por la muerte en sí.
O debe ser la pesadumbre y el vacío
de esta soledad entre manglares
que produce ira en mi razón,
abismos en mi corazón
y congojas en mi alma
si el tiempo pasa así de severo,
la lluvia no vuelve al invierno,
las hojas mueren amontonadas,
el té sabe a lágrimas de hiel
y tú
-irremediablemente tú-
a mí
no puedes volver.
P-Car
https://poesiasdepaty.blogspot.com/2016/10/irremediablemente-tu.html
Paty Carvajal-Chile
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