Tantas gotas de lluvia han caído
como recuerdos se han perdido.
El presente es un momento jodido
y mi alegría se ha podrido.
Por comportarme como un estúpido,
ahora la vida se ha rendido.
Todavía el sufrimiento no me ha comido,
pero me golpea constantemente el olvido.
La soledad me ha conmovido
por su amor que se ha desvivido
al quedarse en los momentos más retraídos
por las cicatrices de amores no correspondidos.
Noche tras noche no he dormido,
porque siento que no he vivido
por la ausencia de un sentido
que me guíe a no darme por vencido.
A pesar de todo, no me he rendido,
pero me he llegado a sentir arrepentido
por el destino que he escrito
haciendo que todo lo bueno haya desaparecido.