CÚSPIDE Y ABISMO.
En el vértice de cúspide y abismo,
un pensamiento se eleva silente,
etéreo y volátil como espejismo,
pero sutil y real entre la mente.
También en el vértice del alma,
un sentimiento es transeúnte,
cual nube bajo cielo en calma,
que acaricia una tarde yacente.
Mientras el alma displicente,
se eleva virtualmente al cielo,
intentando sutil y ferviente,
consumar inalcanzable anhelo.
Son abismo y cumbre,
convergencia sin analogía:
Abismo: Fracaso, pesadumbre,
Cúspide: Propósito y empatía.
Y en el vértice de ápice y sima,
un valle de paz y tolerancia,
donde el cardo no lastima,
si hay amor en abundancia.
Todo tiene su convergencia,
mutable como la vida misma,
pues entre materia y esencia,
existe cohesión y carisma.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Enero 19 del 2020.