¿Por qué de mí te alejas y tan solo me dejas?
¿Acaso te ha herido Cupido con su vil rayo
y ha sembrado en tu corazón la flor de mayo
en la que ávidas de pasión liban las abejas?
En la luna de mi alma tu amor ya no reflejas,
pero yo sigo tus huellas como fiel lacayo
por campos y veredas, sin tregua ni desmayo,
aunque tu primera y casta pasión de mí alejas.
Amada mía, ¡qué dura se me hace tu ausencia
en este aciago valle de ruina y aflicción
por donde las turbias aguas del dolor discurren!
Sólo aliviará mi amargura tu presencia
y de alegría estallará mi corazón
cuando tus labios palabras de amor me susurren.
Suspiros y sueños de amor