Cuando entro en cuenta de que estoy vivo; que aún el hálito de vida en mí existe, creo mis mensajes y los escribo, pintando de colores mis pensamientos grises. (Alejandro Díaz)
Hoy mi mente fabula
versos de mi inspiración
por un animal de concha dura,
Con sobrada distinción.
Se que muchos, sin duda
hicieron su interpretación
y saben que es la tortuga
ese animal en cuestión.
En su andar sin premura
la vemos en toda ocasión
a nuestra amiga tortuga
luciendo el caparazón.
Y es que si algo la delata
y le da representación,
no es la cabeza ni las patas:
es su duro caparazón.
El duro casco de esta amiga,
Le da su sello personal,
Es la rúbrica con que reafirma
De sus rasgos, lo esencial.
Tú que incursionas en la literatura
Querido amigo escritor,
Dime: ¿Ya tienes como la tortuga
Tu propio caparazón?