Cuando vuelva a sostenerme
sobre las miles de patas
que se plantaron en mis ojos
aquella madrugada;
E incendie la histeria su grito
en la inverosímil crueldad de las hadas
¡Volveré!
aunque ya no importen las respuestas
O las rosas muertas.
Y la forma sea otra,
Y no está;
pues después de todo, dicen
que todo es por nuestro bien.