Martín Marum

Ojos y huesos

En ocasiones me miro y pienso que no sé qué pienso cuando me miro; 

pego mi ojo a mi ojo, dejo que la luz reflejada en uno refleje en el otro

tan solo para que vuelva a reflejarse en ciclo eterno,

hasta que en algún punto llegue correctamente a mi retina.

No al frente, no atrás.

Todo mostrándose exactamente como es,

o como se supone debiera ser.

 

Pego mis manos a la cara

como quien examina las vendas

que cubren una herida. 

 

De quién es esta piel, 

de quién estos huesos.