Escribir por escribir XVI
No sé si será hoy mi hora,
me siento desfallecer,
sé que debo de creer
en mi Dios aquí y ahora.
Mamá por mí siempre ora...
si pudiera ser Vallejo,
él, mucho antes de ser viejo
ya muy claro lo tenía
que en París se moriría
una noche en aguacero.
Aquí me quedo acostado
esperando a que suceda,
su piel suave como seda
me mantiene anonadado.
Me sentía enamorado,
me creía el rey del mundo
fue urgando en lo más profundo
de sus mágicas facciones
que emanaban emociones,
donde hallé mi yo iracundo.
Sin embargo algo me falla:
el padre se desvanece,
pierde fuerza, se envejece.
¡Y mi corazón estalla,
este dolor lo ametralla!
¿Será mi fin solitario?
Aunque escribo casi a diario
ésta angustia no me suelta,
la tuerca dará otra vuelta
acabando este calvario.
Viaja mi cuerpo, estoy fuera,
veo postrado en la cama
a un ser que en silencio brama
como si algo le doliera.
Pero está inmóvil y espera
errumbar al blanco cielo
y libre allí elevar vuelo
como lo hace la paloma,
los caballos que no doman
y los peces sin anzuelo.
Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
20 - 01 - 2020