Ya mi mirada está perdida y el cigarro se consume entre mis dedos,
Crónica de una muerte anunciada,
De una noche de botellas, de despedidas y excesos,
Qué bonito es sentir… cuando no se siente nada.
Olvidamos el ser presos, ignoramos los desprecios,
Renegamos de los pobres que viven la vida abstemia,
Si supieran que el alcohol no es vicio, es un privilegio,
La nostalgia de Aznavour y de fondo la bohemia.