Te pareces a mi sueño
y al tiempo de mi felicidad que aún no ha salido de la sombra,
te pareces tanto, a tanto amor que he reservado,
pero que aún se conserva sin mezclarse en un destino mutuo,
tienes parecido a un camino hermoso que aún no he caminado,
y a una mañana brillante que quisiera ver cuando abra mis ojos.
A veces te pareces a mí
y pienso que tenemos coincidencias,
ando viéndote arreglando nuestra casa que aún no he construido,
te pareces a una gota de lluvia que prometió la primavera,
y tienes similitud a esta espera,
que a veces se preocupa porque mi amor no te llega.
Te pareces al beso tierno que entre mis promesas se conserva,
al horizonte que se va escabullendo entre las horas que faltan por llegar,
te pareces tanto a esa luz que lleva mi rumbo,
y no consigo saber si también te pareces a la mujer que se robó mi alma y me dejó meditabundo.
Te pareces a lo que yo abrazo aunque termine abrazado conmigo mismo,
y a esa fe que tengo porque mi destino tiene el rostro de una dama,
tengo tantas ganas que tengas la apariencia de todo lo que miro,
para que así imperiosamente pueda conseguirte poco a poco,
y puede que aunque te parezca poco, también te parezcas a mi espejo.
...Tú te pareces, de algún modo, al punto exacto donde nacerá mi sonrisa.
Ricardo Felipe
El último bardo