Rafael Miranda

Mis ojos son tus ojos

Mis ojos son tus ojos

 

\"Y así todo lo pruebo

buscándote

en todo\"


 
I
Sólo a mí la vida me sonrió un día.
Para vivir o morir un segundo
se necesita: viví en el profundo
azul de tus ojos de mi alegría;

morí al sentir cómo yo los perdía.
Mas, cuando oía salir un rotundo
silencio de tus labios que difundo
junto a lo eterno que al tiempo eludía,

yo creía escuchar un no te vayas.
Pienso que te acercas cuando de mí huyes.
Confundo las caricias de tu amable

sonrisa con golpes de esperanza. ¡Hayas
muerte donde hay vida, si nos destruyes
sintiendo en lo bello lo abominable!

II
Ahora sé que tu presencia no hace
falta para poder quererte, advierte:
Si ya el verde de tus ojos al verte
desaparece, en el árbol, que nace

entre caricias de un sol, me place
encontrarlo siempre inhalando muerte
y exhalando vida que, sin tenerte,
respiro cuando el miedo me deshace.

Si tus labios de amanecer pintados
anochecen en mi impía memoria,
cuando en el horizonte ya incendiados

el mar y el cielo en un beso de euforia
se funden, los veo. En fin, si encontrados
tu alma y cuerpo todo en todo, hallo gloria.

III
Me hundí en el abismo de mi herida.
Encontré entre sombras reveladora
luz que me cegó. Enloquecido, en la hora
en que se vive otra vez, la piel hórrida

desgarré, y mi sangre formó en su huída
la que enciende tus mejillas de aurora;
la lluvia gris que en mis ojos te llora,
tus grises ojos de esperanza fúlgida;

mi último suspiro, la dulce música
de tu voz; mis huesos, tu piel de pétalos
blancos. Mi alma sin cuerpo se sintió única

en lo que existe y a la vez no existe:
¡de tu fiel poesía los regalos,
y la vida que en la muerte me diste!