Otra vez en el pozo
Cuando ya casi salía.
Otra vez en el pozo
Más lastimada todavía
Ya había dejado de luchar
También lo había entendido el corazón.
Me conforme con la vista de una flor
Ese fue mi paisaje, esa fue mi resignación.
Me acostumbrè al frío en la oscuridad
Y a la humedad que acompaña el día.
Me acostumbre al silencio en la profundidad
Y que el eco fuera mi compañía.
Pero escuché una voz lejana
Una voz distinta a la mía
Y mi corazón tuvo la esperanza
De que en el pozo no moriría.
Esa voz se hizo más cercana
Hasta que un rostro pudo tener
Yo salte ilusionada
El sol tocaría de nuevo mi piel.
Subí por ladrillos y enredaderas
No me lo podía explicar.
Lo que nunca había alcanzado
Esa voz me impulsaba a lograr.
Gritaba, pero no me escuchaba
Grite una y otra vez.
No me veía, yo veía su espalda
Seguí escalando con fe.
Ya casi llegaba al final
Mi libertad estaba acariciando
Por alguna razón no me escuchaba
Pero casi alcanzaba su brazo.
De repente sucedió lo inesperado,
De mi mano aquel brazo se alejó.
Comencé a caer y la ilusión conmigo,
Mi esperanza me traicionó y jamás se enteró.
Por eso aquí estoy, de nuevo en este frío pozo
Donde solo el eco responde al corazón
Solo con la vista de una flor muerta.
Ese es mi paisaje, esa es mi resignación.