Césped, tierra, rocas y madera,
nos separan eternamente,
pero mi amor perdurara en mi mente.
El tejido negro conquisto tu cuerpo,
y lentamente, te fuiste marchitando
hasta que tu deceso arribo,
pero aun así, te recordare en mi mente.
Caíste en un sueño eterno,
tan eterno como el tiempo,
tan eterno como mi amor.
Maldigo al tejido negro,
cada noche lo maldigo con llanto.
Hasta ahora, el llanto es el único que me he acompañado,
pero ante todo, te extrañare en mi mente.