La soledad silente de tu distancia,
el silencio del teléfono enmudecido;
Nada me revela de ti ni te llama,
indolente a mi corazón compungido.
Y es grande mi ansia sin saberte,
sin tener un hálito de tu suspiro,
hurgo el horizonte lejano sin verte,
pretendiendo ver… Pero no miro.
Cuanto lastima tu exilio forzado;
Así duele el sacrificio del silencio,
la angustia de no sentirte a mi lado,
estremece el altar donde te pienso.
Indolente esa lontananza,
que te silencia y separa,
más mi alma te adora,
sin espacio ni distancia.
Este amor es del alma,
no superficial atracción,
desecha ausencia y ansia,
porque vive en el corazón.
Es amor con templanza,
inmune a intriga y olvido
y perpetua remembranza,
entrañada en el sentido.
Y en mis adentros plenos,
te suspiro, te vivo, te siento
y son mis instantes serenos,
eterna en mi pensamiento.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Enero 21 del 2020.