Ella sentía que tenía muchas pieles
unas muy suaves, y otras, tiesas como rieles
las suaves, eran como plumaje de aves
las tiesas, como un manojo de llaves.
Eran sus pieles alegres como el canto de la cigarra
también como el dolor que desgarra el alma
eran de selva, como el verde esperanza
habitando en ellas unas negras manchas.
En ellas se palpaba la ternura del amor
aunque se sentían sus risas amargas
se podía encontrar el más suave algodón
pero a las buenas energías se chupaban.
Eran muchas pieles con sueños en los poros
pero a las grandes sonrisas desviaban
algunas veces brillaban tanto como el oro
luego se opacaban, con las maldades que las colmaban.
Pieles que deseaban un gran sosiego
Pero no lo conseguían por más que se esforzaban
Aun teniendo en su interior un tibio brasero
No encuentran el camino que a la paz avala.
Son pieles de ilusiones, amor y esperanza
pero también llevan una profunda tristeza
no permitiéndoles ver salir el sol cada mañana…
Pieles que no saben cernir del amor la desesperanza.
Yamila.