Tu risueña mirada me causa el suspirar
porque tus bellos ojos son oro en un pajar.
Ahuyentas lo sombrío que me ofrece la vida,
tu mirar es el bálsamo para cualquier herida,
me inyectas la ternura por tu ser exhibida
convertida en amor y de pasión teñida.
Hoy debo agradecer a Dios la bendición
de tenerte conmigo, me llena de emoción
sentir todo mi ser deseoso de amar,
y con tanta terneza queda mi alma rendida
ante el mágico influjo de tu gran corazón.